El Xeneize viajó a Victoria con el objetivo de encadenar su segunda victoria al hilo y romper el maleficio fuera de casa que se construyó durante la era de Diego Martínez. Estuvo lejos de mostrar algo nuevo ante el Matador y su partido de sintió como una continuidad del anterior entrenador.
Dentro de las principales novedades que propuso Pintita en su primer partido oficial, destacaron tres por sobre el resto: el cambio de esquema de un 4-4-2 a 4-3-3, la capitanía de Edinson Cavani y el regreso al arco de Chiquito Romero, quien cumplió las dos fechas de sanción que le impuso el club por su cruce con un plateísta tras la caída 1-0 ante River.
Tigre, con poco juego pero con astucia, aprovechó las desatenciones de Boca, que en su afán de lograr un juego más vistoso con la pelota por el suelo, terminó generando espacios que el Matador utilizó para dañar a la defensa de Fernando Gago.
El 1-0 del local llegó de manera imprevista. Nehuen Paz rompió el cero casi de casualidad. Cuando intentó rematar una bola dentro del área se resbaló y su defectuoso remate (que derivó de una mano que protestó todo Boca) se desvió levemente en Marcos Rojo, elevando el disparo por sobre Romero, que no pudo impedir la conquista.
Ya con la obligación de ir por el empate, Boca se nubló aún más. Miramón no fue el ‘5’ de juego que necesitaba Gago, Medina se preocupó más en luchar que en conectar con sus compañeros y Kevin Zenón, posicionado como interno por izquierda, no gravitó.
En el novedoso tridente ofensivo, Brian Aguirre fue quien aportó esa cuota de picante por derecha, con un Cavani centralizado y Merentiel haciendo de extremo por izquierda, un puesto que sin dudas no le queda cómodo.
El opaco primer tiempo de Boca (sin remates al arco) contrastó con un inicio furioso durante el complemento, generando dos situaciones claras en 10 minutos con cabezazos de Aguirre y Cavani.
Asediado por Boca, Tigre fue tirándose cada vez más atrás para proteger el resultado. Le entregó la pelota al Xeneize y terminó sufriendo, salvando el triunfo solamente por la imprecisión del equipo de Fernando Gago a la hora de definir.
Además de las vueltas de Romero y Rojo, Gago también volvió a utilizar a Pol Fernández, jugador que había quedado relegado ante su inminente salida a fin de año en calidad de «libre».
El mismo Tigre que aguantó los empates de Boca y supo sufrir en gran parte del complemento fue quien pudo ampliar ventajas en su única situación clara en el segundo tiempo, marcado por Cardozo y con revisión del VAR mediante.
La goleada se completó con un tercer gol de Sebastián Medina que sentenció una pésima presentación de Boca.
Con todos estos ‘peros’ y un ciclo incipiente que deberá buscar resultados inmediatamente, Boca dejó una imagen para el olvido en Victoria y extendió su increíble racha sin triunfos en calidad de visitante.
Deberá cambiar el chip rápido, enfocarse en Gimnasia y apostar por ganar la Copa Argentina, la vía más directa para ingresar a la Libertadores 2025.