Este jueves, luego de la fumata blanca que salió por la chimenea, tras la tercera votación de los 133 cardenales, se dio a conocer el nombre del nuevo Papa. Se trata del estadounidense Robert Francisc Prevost.
Tiene 69 años y adoptó el nombre de León XIV.
Tuvieron que pasar 266 papas para que finalmente el trono de Pedro fuera ocupado por un norteamericano, algo que parecía imposible.
Nacido en Chicago y con ciudadanía peruana por su trabajo de casi 20 años en el país sudamericano, Prevost hizo historia al convertirse hoy en el primer pontífice de Estados Unidos y el segundo del continente americano, luego de ser electo por la mayoría de los cardenales en el cónclave para suceder al fallecido Jorge Bergoglio.
El cardenal norteamericano se asemeja a su predecesor en su fuerte compromiso con los pobres y los migrantes, y en ir a su encuentro, como pregonaba Francisco. «El obispo no debe ser un principito sentado en su reino. Está llamado auténticamente a ser humilde, a estar cerca de la gente a la que sirve, a caminar con ellos, a sufrir con ellos», señaló el año pasado.
Bergoglio también lo designó como presidente de la Pontificia Comisión para América Latina gracias a su gran conocimiento sobre la realidad y las periferias de la región