La dirigente se pronunció en apoyo de su compatriota boxeadora Angela Carini, quien abandonó la pelea frente a Khelif con sólo 46 segundos en el reloj después de recibir varios potentes golpes en el rostro.
Tras el último de ellos, Carini levantó el brazo y se dirigió a su esquina para hablar con su preparador, que comunicó con las manos la retirada al árbitro.
El juez llamó al centro del ring a ambas púgiles y alzó el brazo de Khelif como vencedora en los octavos de final del peso wélter (entre 63,5 y 66,6 kg), mientras Carini caía de rodillas entre lágrimas.
La argelina se acercó después a estrecharle la mano pero Carini, dolida, evitó el saludo.
«No podía seguir. Me dolía mucho la nariz y dije: ‘Paren’. Era mejor no seguir», relató después la italiana según AFP y agregó: «Podía haber sido el combate de mi vida, pero en ese momento tenía que salvaguardar mi vida también».
Y remarcó: «Siempre he luchado contra hombres, entreno con mi hermano, pero hoy he sentido demasiado dolor».
«No soy nadie para juzgar o tomar una decisión. Si esta mujer está aquí, por algo será», dijo Carini en otra intervención recogida por la agencia Ansa.
Presente en París, la primera ministra Giorgia Meloni consideró que el combate «no fue en igualdad de condiciones».
«No estoy de acuerdo con el COI», declaró Meloni durante una reunión con atletas italianos. «Creo que las atletas que tienen características genéticas masculinas no deberían ser admitidas en las competiciones femeninas».
«Es una parodia y una burla para todos los deportes olímpicos», opinó la legendaria tenista Martina Navratilova al responder a un mensaje en X de la escritora J. K. Rowling.
«Expliquen por qué aceptan que un hombre golpee a una mujer en público para tu entretenimiento. Esto no es deporte», escribió la autora de la saga Harry Potter, quien a su vez ha sido acusada de transfobia por algunas de sus declaraciones públicas.
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